¿Cómo amarse a uno mismo? ¿Sientes que necesitas reforzar tu autoestima? ¿Te han dicho eso de “ámate a ti mismo/a” pero no sabes por dónde empezar? En este artículo vamos a tratar este tema y te vamos a dar herramientas y consejos para que puedas quererte un poquito más. Sin fórmulas mágicas, yendo a la raíz.
El mito de “quiérete a ti mismo/a” como mandato inmediato
Decir “quiérete” sin reconocer lo que implica es como decirle a alguien con insomnio “duerme bien” o a alguien que está triste que deje de estarlo. Si fuera tan fácil, no habría tantas personas con dificultades para construir una buena autoestima. El amor propio no es un interruptor que se puede encender y apagar cuando uno quiere, sino una construcción progresiva que depende de múltiples capas.
En el mundo del desarrollo personal y la autoayuda se habla mucho de las autoafirmaciones. Te proponen decirte a ti mismo/a frases de autovalidación como “Yo me amo”, “yo soy válido/a”, “yo soy poderoso/a”… Pero, aunque pronunciar estas frases pueda tener un efecto analgésico instantáneo, más tarde, puedes llegar a sentir un vacío muy hondo porque en fondo, no te lo crees. No sirven de nada estas frases vacías si no hay una credibilidad genuina.
Este tipo de frases suelen ser simplificaciones de procesos internos complejos. El amor propio implica un camino personal con múltiples factores en juego: Cómo fue tu infancia, cómo son o cómo fueron tus experiencias relacionales, cuál es tu contexto social… Tampoco es lo mismo trabajar en tu autoestima desde un ambiente seguro que hacerlo en un entorno que refuerza la autocrítica o la inseguridad.
Si tienes problemas de autoestima y buscas orientación profesional para mejorar tu amor propio y sentirte en plenitud, ponemos a tu disposición a los mejores psicólogos online baratos. Accede a profesionales expertos y titulados y comienza hoy el cambio que mereces:
El diálogo interno
Nuestro diálogo interno es esa voz que tenemos en nuestra cabeza, con la que nos lanzamos mensajes a nosotros mismos. Lo hacemos de forma automática y sin enterarnos (a no ser que le pongamos conciencia). Y hay diálogos internos que pueden ser tremendamente dañinos y que afectan directamente a nuestra autoestima. Lo ideal sería hablarnos con compasión y respeto.
La psicóloga Claudia Nicolasa nos da tres claves para mejorar el diálogo interno:
- YO NO, TÚ: Cambia los mensajes de la primera persona a la tercera. Si te sale pensar “soy un/a inútil”, fuérzate a decir: “eres una inútil”. Eso te ayudará a tomar algo de distancia con tus pensamientos y conectar más con el impacto y la dimensión que pueden causar estos mensajes sobre tu persona.
- DI NO AL MENSAJE DAÑINO: Igual que cuando dices “NO” con contundencia a tu perro o a tu gato cuando hacen algo que está mal (o a cualquier persona que esté sobrepasando un límite que para ti es importante), ten una palabra clave contigo mismo/a cuando detectes que el mensaje que te estás diciendo está siendo improductivo y nocivo.
- REFORMULA EL MENSAJE: En lugar de decir “eres un/a inútil, todo te sale mal”, trata de decir: “bueno, esto no ha salido como tu querías, pero ahora tienes una experiencia, un aprendizaje más y hay otras cosas que sí que te salen bien”.
Pero, entonces, ¿cómo puedo mejorar mi autoestima?
Los expertos ponen el foco en tres grandes pilares:
- Acciones: Aquello que hacemos, los actos específicos que llevamos a cabo para acercarnos a un objetivo.
- Conductas: Nuestro patrón general de comportamiento.
- Mundo emocional: Aquello que sentimos y cómo lo gestionamos.
Se han hecho estudios con terapias que hacen trabajo cognitivo (mental) y que también trabajan la parte conductual (más orientado a las acciones) y lo que hicieron fue separar el trabajo cognitivo del trabajo conductual para ver la efectividad de cada uno. Lo que vieron es que el conductual, por sí solo, tenía los mismos resultados que junto al cognitivo. Pero el cognitivo, por sí solo, no tenía los mismos resultados que el cognitivo junto con el conductual. ¡Así que esto ya nos dice mucho! Por mucho que repitas frases o mantras de autovalidación, si no llevas a cabo acciones concretas, no verás resultados.
Tus acciones diarias van construyendo constantemente tu autoconcepto, es decir, la imagen que tienes de ti mismo/a. Esto, junto a tu manera de comportarte y a cómo gestionas tu mundo emocional, pueden reforzar mucho tu autoestima, es decir, cómo te sientes y cómo te relacionas contigo mismo y, por extensión, con los demás.

El mundo emocional
Nuestro mundo emocional tiene un papel importante también a la hora de “amarse a uno mismo/a”. Pero no es fácil sumergirse en él: saber escucharte, identificar cada emoción, saber de dónde viene, para qué sirve cada una, identificar cuando siento un miedo real de uno irracional… También lleva tiempo y suele ser más complicado llegar a hacerlo uno mismo sin ayuda profesional. Así que lo ideal sería llevar a cabo en algún momento de tu vida un trabajo de terapia profunda.
Pero si aún no estás listo/a o no puedes hacer terapia por los motivos que sean, al menos, en tu día a día, trata de estar en contacto con tus emociones. ¿Cómo? Pon consciencia para aprender a etiquetarlas, para comprender de dónde vienen, qué función tienen, aprende a verbalizarlas, a expresarlas, a relacionarte con ellas. Puede ser útil la escritura: escribir en una libreta o en un diario cómo te sientes para poner orden interno. También hay algunos libros que te pueden inspirar, o seguro que encuentras algunos vídeos por internet que te pueden ayudar a conectar con tu mundo emocional mediante una visualización o una meditación, por ejemplo.
Pero vamos a centrarnos ahora en las acciones y conductas que pueden ayudarnos a cultivar nuestra autoestima. Porque estas acciones y conductas también van a influir enormemente en nuestras emociones.
Acciones y conductas para mejorar tu autoestima
¿Qué acciones estás tomando para acercarte más a la satisfacción personal? A veces podemos empezar con pequeñas acciones, como por ejemplo, hacer la cama todos los días. Esta simple acción puede cambiar la forma como te percibes y sentirte más ordenado/a y menos perezoso/a. Eso te puede dar ilusión y fuerza para plantearte otros pequeños retos para mejorar tu autoconcepto como, por ejemplo, salir a correr o hacer más ejercicio. Y poco a poco, iremos asumiendo más retos, más acciones que nos hagan sentir satisfechos/as con nosotros/as mismos/as y nos den más fuerza y seguridad.
Tus conductas, día a día, van proporcionando informes a tu cerebro de quién eres, qué es lo que haces, qué capacidades tienes, qué virtudes, qué limitaciones…
Nuestras acciones tienen un contenido simbólico y de información para nuestro cerebro. Según lo que hago o dejo de hacer, mi cerebro interpreta todo lo que soy capaz de hacer y lo que no. Cuantas más acciones tomes, cuantos más retos aceptes, cuanto más arriesgues, cuanto más te vayas superando poco a poco a ti mismo/a, estarás dando más valor a ese contenido simbólico de tus acciones y tu cerebro llenará tus pensamientos de un mejor concepto de ti mismo/a. Te sentirás más satisfecho/a, más capaz, más fuerte, más realizado/a.
Cuando eres consciente de esto, es cuando realmente te puedes comprometer más con tus acciones y dejar de postergar o justificar tu inacción desde tu zona de confort.
¿Nuestra infancia nos condiciona?
Hay personas que se creen que no valen nada porque cuando eran pequeños alguien se lo dijo y se lo creyeron. En nuestra infancia se forjan muchas de nuestras creencias. Pero una persona que ha tenido una buena infancia y ha desarrollado una buena autoestima, si luego tiene conductas inapropiadas o poco deseables, puede acabar desarrollando una mala autoestima. También se ha visto que personas que han tenido una infancia complicada y han construido una mala autoestima, pueden estar modificando el presente y llegar a sentirse mucho mejor que aquellas personas que lo tuvieron aparentemente más fácil.

¿Si no te quieres tú, nadie te va a querer?
Detesto esta frase. Cuando te dicen que si no te quieres no te va a querer nadie, seguramente lo hagan con buena intención. Pero esta frase, más que ayudarte a quererte, te puede hacer sentir culpable y no merecedor/a del amor de otros. Me parece una visión muy reduccionista. A veces llegan personas a nuestra vida que nos aman a pesar de que nosotros/as no nos queramos, personas que nos enseñan a vernos con más amabilidad. Y a veces también establecemos vínculos con personas que pueden deteriorar la forma en que nos percibimos.
Obviamente, la forma como nos relacionamos con nosotros/as mismos/as puede influir en cómo nos vinculamos con los demás. Pero esto no significa que el amor propio sea un requisito previo para recibir amor externo. A veces, es precisamente el amor de otros (amigos, familia, comunidad, terapeuta…) lo que nos ayuda a construir una mejor relación con nosotros/as mismos/as.
Construir vínculos sanos y rodearte de personas que sumen
La forma en que nos relacionamos con los demás también influye. Si establecemos límites sanos y buscamos relaciones nutritivas, reafirmamos más nuestro valor. En cambio, si toleramos dinámicas tóxicas o buscamos validación constante, nuestra autoestima se va a debilitar.
“Ámate a ti mismo” como eslogan publicitario
Muchas veces se usa esta frase en anuncios publicitarios, sobretodo orientado a las mujeres. Esta frase ha sido ampliamente explotada por la industria del marketing, especialmente en sectores como la cosmética, la moda, la alimentación y el bienestar. En la superficie, este mensaje parece positivo, incluso inspirador. Sin embargo, se revela una contradicción profunda: muchas veces, este llamado al amor propio está diseñado para generar insatisfacción en lugar de una verdadera conexión con uno mismo.
El “quiérete” se convierte en un mandato de consumo:
- “Si te amas, te cuidas”: ¡Compra este producto de belleza!
- “Quiérete más”: ¡Compra este producto para adelgazar y cambia tu cuerpo!
- “Eres suficiente tal y como eres”: Pero mejor si usas esta crema, esta ropa, este accesorio, este producto…
El amor propio es un proceso interno, pero en el discurso publicitario, se presenta como algo que se obtiene externamente, a través de comprar un producto. El mensaje subliminal es claro: para quererte necesitas mejorar algo de ti mismo/a y, obviamente, ellos te dan la solución con un producto milagroso. ¡Ojo con eso!
Cuida tu cuerpo como una expresión de respeto, no de imposición
El bienestar físico y emocional están profundamente conectados. Cuidar el cuerpo no debe ser una imposición basada en ideales externos, sino un acto de amor hacia ti mismo/a.
Alimentarse de manera nutritiva, no restrictiva. Mover tu cuerpo de una forma que disfrutes, no por obligación. Descansar lo suficiente sin sentir culpa por ello. El amor propio pasa por escuchar y honrar las necesidades reales de tu cuerpo, en lugar de forzarlo a encajar en estándares inalcanzables.
Acepta el proceso de amarte con sus altos y bajos
Amarse no significa sentirse bien todo el tiempo ni tener todo resuelto. Es un proceso personal con altibajos, momentos de dudas, retrocesos y momentos de vulnerabilidad. Aceptar que es así nos va a relajar un poco.
Como dice Elisenda Pascual en su libro Amar de piel adentro: “Amarse es una conquista profunda que implica mirarnos como, probablemente, nadie haya hecho antes. Es entrar dentro y abrazar nuestras partes heridas y rotas. Todas”.
En resumen, recuerda que debes cuidar tu diálogo interno y tu mundo emocional, que cada acción que tomas refuerza o debilita la imagen que tienes de ti mismo/a. Que es importante escuchar las necesidades reales de tu cuerpo y no dejarte influenciar por mensajes externos, frases vacías o estrategias de marketing. Que tener relaciones sanas también nos impulsa a sentirnos mejor con nosotros/as mismos/as. Cuando tomamos decisiones alineadas con nuestro bienestar y crecimiento, fortalecemos la confianza en nuestra capacidad para manejar la vida.
Pero el objetivo no es alcanzar un estado de amor propio “perfecto”, sino caminar con más conciencia, respeto y cariño hacia uno mismo. Porque, al final, amarse es aprender a ser un buen compañero/a para uno mismo/a en este viaje de la vida.
Escrito por: Anna R. Campi
Especialidades: Terapeuta Corporal Integrativa
Fecha: 24/02/2025
Los consejos y recomendaciones de este artículo tienen un carácter divulgativo y en ningún caso sustituyen el diagnóstico y tratamiento de un Psicólogo titulado. Si estás atravesando un momento de crisis en tu salud mental, te recomendamos que pidas ayuda profesional.