Una crisis mental es un estado en el que una persona se siente incapacitada para pensar con claridad y tomar decisiones de forma razonada.
Además, la crisis mental suele ir acompañada de ansiedad, agitación y confusión. Quienes padecen una crisis mental acostumbran a decir que no se sienten ellos mismos durante el proceso en el que la crisis acontece.
Las crisis mentales, por desgracia, son cada vez más frecuentes. El estilo de vida moderno promueve esta patología asociada a la salud mental, principalmente por el estrés en el trabajo, la falta de tiempo de calidad con la familia y/o amigos e, incluso, por enfermedades físicas derivadas de una vida agitada y sedentaria.
En este post vamos a analizar la crisis mental, poniendo el foco en cómo podemos evitar sufrirla o superarla, en caso de que esta dolencia emocional ya te haya afectado.
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¿Cómo identificar una crisis mental?
La crisis mental, como comentábamos en la introducción, afecta tanto a nuestra capacidad de pensar y actuar como a nuestro físico.
Los síntomas característicos de una crisis mental son los siguientes:
- Confusión y Agitación: las crisis mentales a menudo comienzan con un estado de confusión. La persona que sufre una crisis mental inicia este molesto proceso con la incapacidad de pensar de manera clara. Un cúmulo de pensamientos negativos sobrevienen en la mente del sujeto, llevándole a un consecuente estado de agitación y ansiedad.
- Desesperación y Angustia: una crisis mental tiene aspectos en común con un ataque de pánico. En ambas situaciones, la persona que sufre este proceso siente una profunda desesperación y angustia. La idea de que no puede controlar la situación suele apoderarse de quien sufre una crisis mental, y uno de los pensamientos habituales es la típica frase de "me estoy volviendo loco". Si este es tu caso, calma, más adelante veremos cómo hacerle frente a esta situación.
- Dolencias físicas: Cuando hablamos del capítulo físico que transcurre durante una crisis mental, volvemos a encontrar características comunes con los ataques de ansiedad y de pánico. Así, es común que en una crisis mental aumente la sudoración, duela la cabeza, se experimente sensación de falta de aire, cuando no de axfisia, dolor en el centro del pecho e, incluso, calamabres y dolores musculares.
Principales Causas de las Crisis Mentales
Por desgracia, tal y como apuntan muchos expertos, el estrés es una de las enfermedades más comunes del siglo XXI, y en muchos casos es el detonante de las crisis mentales.
Descuidar nuestra salud mental y las tan necesarias pausas que proponen disciplinas tan beneficiosas como el mindfulness, entre otras, fomenta que acumulemos tensión y pensamientos repetitivos y poco edificantes.
En última instancia, los malos hábitos continuados generan un patrón de conducta que afianza el estrés, la falta de auotestima y el automatismo, y es aquí donde, en muchas ocasiones, se origina el caldo de cultivo para que tarde o temprano detone la tan temida crisis mental.
Además del estrés, también es posible que algunas personas sufran una crisis mental como consecuencia de haber vivido una experiencia traumática.
Cuando nos hemos expuesto a un shock traumático, es posible que, aparentemente, con el paso de los días recobremos la normalidad. Sin embargo, el evento puede haber causado un profundo impacto en nuestro subconsciente. Si estas heridas no se reparan puede ocurrir que, ante un determinado estímulo o situación, vivamos una crisis mental como consecuencia de la vivencia traumática que experimentamos en el pasado.
Como última causa, queremos apuntar a las dolencias de carácter físico que en algún punto de nuestras vidas podemos experimentar y que, también, en ocasiones, originan una crisis mental.
Ya sea por una operación quirúrgica, una enfermedad de larga duración o un accidente, en ocasiones vemos limitada nuestra libertad física. Bien por la necesidad de una recuperación en cama o por tener que cambiar los hábitos de vida que hasta el momento llevábamos a cabo sin control, nuestro día a día puede cambiar de forma drástica, incluso, de la noche a la mañana.
Cuando esto sucede, también es posible que acabemos experimentando ansiedad, ataques de pánico o una crisis mental.
A continuación, te vamos a dar una serie de consejos que te pueden ser de utilidad, ya sea para prevenir la aparición de una eventual crisis de carácter mental o porque ya la has sufrido y quieres saber cómo atajarla.
Como siempre decimos en estos casos, los consejos que aquí aportamos tienen un carácter divulgativo e informativo, y en ningún caso los has de tomar como un consejo médico. Para un correcto diagnóstico y tratamiento de una crisis mental, es muy importante que acudas a un especialista, como los psicólogos online a los que tienes acceso a través de esta web.
Consejos para gestionar una crisis mental
Dentro del capítulo de consejos, queremos empezar por lo más obvio aunque no menos importante: cuida tu mente día a día, no sólo cuando has experimentado una crisis.
Como apuntábamos con anterioridad, prácticas como la meditación, el mindfulness o el yoga son muy valiosas para limpiar nuestra mente del estrés del día a día y prevenir procesos tan dolorosos como una crisis mental.
Aunque estas prácticas han cobrado protagonismo en redes sociales, aplicaciones y demás medios digitales hasta el punto de convertirlas en moda, y de alguna manera denostarlas, su valor está fuera de toda duda y recomendamos mucho llevarlas a cabo, aunque sea algunos minutos al día pero con atención plena.
Hacer ejercicio físico. Es otro consejo típico, pero igual que decíamos en el punto anterior, no por ello menos importante. Está demostrado que el ejercicio es tremendamente beneficioso para nuestra mente. Si no tienes tiempo para apuntarte a un gimnasio u otro centro deportivo, algo tan básico como salir a caminar sin pensar en otra cosa que tu respiración, es un hábito poderoso que te puede librar de la ansiedad y otros problemas mentales.
Tiempo de calidad con familia y/o amigos. En nuestra rutina vivimos rodeados de muchas personas, y sin embargo se da la paradoja de que nos sentimos muy solos. Esto se debe a que el trabajo y las obligaciones suelen monopolizar nuestras relaciones personales, hasta el punto de quedar para hacer un plan de ocio y terminar recreando en nuestras conversaciones el día a día que tanto nos estresa en el trabajo.
Te invitamos a que dediques tiempo de calidad a tu familia y/o amigos. Cuando estés con ellos centrad vuestra atención en el momento presente, sin necesidad de recrear el estrés del pasado ni vaticinar los problemas del futuro.
Busca apoyo. Como es lógico, a veces estos consejos no funcionan porque nuestra crisis mental tiene unas raíces muy profundas, a veces en épocas que ya nos parecen remotas de nuestras vidas. Para estos casos, es imprescindible que contactes con un profesional en salud mental. Con su experiencia y tratamiento, estamos convencidos de que puedes superar cualquier problema emocional.
Conclusiones
A modo de conclusión, queremos incidir en la importancia de tener unas prácticas saludables en lo que al cuidado de nuestra salud mental y emocional se refiere.
A pesar de que nos hemos acostumbrado a vivir bajo el dominio del estrés, no debemos restarle importancia. El estrés, como hemos dicho durante el artículo, es una de las mayores patologías de nuestro tiempo, y por desgracia no hace más que aumentar.
Busca tiempo para ti, si es poco porque te es imposible por tu estilo de vida, los minutos que dediques a meditar o dejar la mente vacía tienen que ser de un compromiso absoluto en esta práctica, sin que nada ni nadie lo perturbe.
Verás como poco a poco, y con la práctica, los escasos minutos que encontrarás al principio irán en aumento casi sin darte cuenta, a la par que tu paz interna y el autocontrol emocional crecen en ti.
Las crisis mentales, como toda enfermedad emocional, causan un gran daño en quien las padece. Por eso, es imprescindible cuidarse, y cuando no podemos reparar el daño por nosotros mismos, acudir cuanto antes a los servicios de un profesional.
Los consejos y recomendaciones de este artículo tienen un carácter divulgativo y en ningún caso sustituyen el diagnóstico y tratamiento de un Psicólogo titulado. Si estás atravesando un momento de crisis en tu salud mental, te recomendamos que pidas ayuda profesional.